25/4/15

La persecución política y mediocridad en Bolivia

Con las amargas experiencias que se han vivido en Bolivia respecto a juicios a quienes piensan diferente al gobierno, como reconocer el derecho de estos pseudo  tribunales para juzgar?.

Esto no implica que alguien se niega a obedecer la ley, no!!, se cumple la ley al pie de la letra. Según esa ley, ellos pueden disponer de nuestra vida, nuestro trabajo y nuestros bienes sin nuestro consentimiento. Muy bien, entonces háganlo, pero sin que nosotros participemos en ello. Bajo esta "justicia" no puede pensarse en defenderse, puesto que no hay defensa posible y uno no puede simular estar contendiendo con un tribunal de justicia.

Un detenido puede defenderse sólo si hay un principio objetivo de justicia reconocido por los jueces participantes, un principio que defienda sus derechos, que él pueda invocar y que nadie esté en condiciones de violar. La ley por la que se  juzga en Bolivia, en la practica, sostiene que no existen principios, que no tienen derechos y que pueden hacer con ell@s lo que quieran.

Se esgrime que la ley se basa en el más alto principio: "el del bienestar público".
¿Quién es el público?, ¿Qué considera éste como su bienestar?.

En una época, las personas creyeron que el “bien” era un concepto capaz de definirse por un código de valores morales, y que nadie podía buscar el bienestar mediante la violación de derechos ajenos. Ahora se sostiene que mi prójimo puede sacrificarme en beneficio de lo que considera bueno, y apoderarse de mi libertad simplemente porque los necesita, al igual que cualquier ladrón. Hay sólo una diferencia: el ladrón no me pediría que convalide su acto.

Entonces el gobierno replicara, ¿Debemos entender que un individuo pone a sus intereses por encima de los intereses públicos?.

Una sociedad formada y educada contestaría, "esa pregunta puede formularse sólo en una sociedad de caníbales. No hay conflicto de intereses entre personas que no demandan lo que no han ganado y que no practican sacrificios humanos".

Los jueces se escudan indicando "que los hechos presentados por la fiscalía no permiten benevolencia alguna. Puede imponerle una condena extremadamente severa."
El gobierno no deja de decir " Les estamos ofreciendo una oportunidad de defenderse y ellos la rechazan."

Podría interpretar la negativa de los acusados asumiendo que "no quieren ayudarlos a simular que tienen una oportunidad. No los ayudaran a conservar una apariencia de legalidad, cuando no se reconocen sus derechos, ni a dar una apariencia de racionalidad, cuando se trata de un debate cuyo argumento final es un arma. No los ayudaran a pretender que administran justicia."

Y el gobierno nos cansara con su dialéctica de "¡La ley lo obliga a defenderse voluntariamente!".

Creo que ahí es dónde falla su teoría, caballeros del gobierno y soy uno de los tantos que no piensa ayudarlos a reparar su error. Si deciden tratar con la gente por la fuerza, háganlo pero descubrirán que necesitan la voluntaria cooperación de sus víctimas en muchos más aspectos de los que pueden imaginar. Y sus víctimas descubrirán que es su propia voluntad, una voluntad que no pueden forzar, la que hace posible la existencia de ustedes. Elijo ser consecuente con lo que manifiesto y haré lo que quieran que haga, como si me apuntaran con un arma. Si me sentencian a prisión, tendrán que traer hombres armados para que me trasladen, porque yo no haré un sólo movimiento por propia iniciativa. Si me imponen una multa, tendrán que apropiarse de mis bienes para cobrarla, porque no pienso pagar voluntariamente. Si creen tener el derecho de obligarme a algo, utilicen abiertamente sus armas, porque no pienso ayudarlos a disimular la naturaleza de sus actos. Me gano la vida como toda persona honrada. Me niego a sentirme culpable por existir y trabajar para mantenerme. Me niego a aceptar que ser capaz de trabajar así sea algo malo. Me niego a considerar detestable el hecho de trabajar mejor que otra gente, realizar un producto de mayor valor que el de mis vecinos y ver que hay personas dispuestas a pagarme más que a ellos. Me niego a pedir perdón por mi idoneidad, por mi éxito, o por el dinero que gano, sea mucho o poco. 

Los del gobierno y demás poderes no sirven al bienestar público, no puede conseguirse el bienestar de nadie por medio de sacrificios humanos, cuando violan los derechos de un hombre, violan los de todos, y una muchedumbre sin derecho alguno queda condenada a la destrucción.

* Basado en Atlas shrugged

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